El Senado discute medidas históricas para salvaguardar el Mar Argentino de la amenaza extranjera
En el límite entre las provincias argentinas de Chubut y Santa Cruz, a aproximadamente 350 kilómetros del continente, se encuentra el Agujero Azul, un espacio marino con una notable biodiversidad y riqueza pesquera. Este ecosistema vital forma parte de la zona económica exclusiva argentina, pero desafortunadamente se ha convertido en el centro de atención debido a la depredación sostenida que sufren sus recursos por flotas pesqueras extranjeras.
Un área marina en riesgo
El Agujero Azul atrae cada año a un aproximado de 500 barcos de origen extranjero, principalmente de España y Portugal, que operan sin control. Estas embarcaciones están involucradas en prácticas de pesca destructivas, utilizando redes de arrastre que no solo capturan peces, sino que también devastan el entorno marino y atrapan especies en peligro de extinción, aumentando así la crisis ecológica.
Legislación en puerta
Actualmente, el Senado argentino se encuentra debatiendo un proyecto de ley que busca declarar el lecho marino del Agujero Azul como un área marina bentónica protegida. Esta propuesta cubriría 148.000 kilómetros cuadrados, extendiéndose más allá de las 200 millas marinas. De aprobarse, se clasificaría como una Reserva Nacional Marina Estricta, lo cual prohibiría la pesca con redes de arrastre en la zona.
- Se prevé que este espacio se convierta en un santuario para el submarino ARA San Juan, hundido en 2017.
- La ley ya cuenta con media sanción en la Cámara de Diputados desde 2022, pero debe ser considerada por el Senado antes de fin de año.
- La senadora Edith Terenzi ha expresado su compromiso de acelerar el tratamiento de la ley para evitar que pierda estado parlamentario.
Importancia del Agujero Azul
El Agujero Azul es un ecosistema marino poco estudiado, que actúa como un hábitat crucial para muchas especies. Según Valeria Falabella, Directora de Conservación Costero Marina de Wildlife Conservation Society (WCS Argentina), la conservación de esta área es fundamental para asegurar la biodiversidad y para mitigar los efectos del cambio climático, dado que los cañones submarinos presentes en el área también ayudan a retener carbono.
Desafíos en la protección del ecosistema
A pesar de la urgencia por proteger el Agujero Azul, el proyecto enfrenta retos significativos, especialmente en cuestiones de monitoreo y control de las actividades pesqueras. Se requiere definir quién será responsable de supervisar la implementación de la ley y cómo se llevará a cabo el monitoreo del área, lo que podría involucrar la utilización de tecnología avanzada junto con la colaboración de la Cancillería argentina.
Movimientos ciudadanos a favor de la conservación
La protección del Agujero Azul ha cobrado fuerza con la movilización de la sociedad civil. Activistas como Yago Lange han iniciado peticiones en plataformas digitales, recabando miles de firmas para impulsar la legislación. Lange subraya la diferencia entre la conservación terrestre y marina, advirtiendo que es más difícil visualizar la depredación de los fondos marinos pero igualmente grave.
- Más de 20.000 firmas han sido recolectadas en apoyo a la iniciativa.
- Los activistas enfatizan que proteger el océano es vital para el bienestar del planeta, dado que el mar genera dos de cada tres respiraciones de oxígeno que realizamos.
Conclusiones
La iniciativa para proteger el Agujero Azul representa una posibilidad crucial para resguardar un ecosistema único y remediar años de explotación insostenible. Con el compromiso de legisladores y la presión de la sociedad civil, el camino hacia una mayor protección de los recursos marinos en Argentina se presenta como una prioridad inminente. La urgencia de su defensa no solo se refiere a la preservación de la biodiversidad, sino también a la sostenibilidad de los recursos pesqueros para las generaciones futuras.