La denuncia de Adrián Alfredo Molina contra Marley: Una historia de sanación y justicia
El Testimonio de la Víctima
Adrián Alfredo Molina, quien recientemente presentó una denuncia judicial contra el reconocido conductor Alejandro Wiebe, conocido públicamente como Marley, ha decidido hablar públicamente por primera vez sobre los eventos que lo llevaron a esta acción. En una entrevista exclusiva en el programa Intrusos (América), Molina compartió detalles íntimos de su experiencia, acompañado por su abogado, Martín Apolo.
Según Molina, el proceso que lo llevó a hacer pública su historia ha sido complejo y doloroso, en gran parte porque los hechos ocurrieron cuando era muy joven y no disponía de las herramientas necesarias para procesarlos. “Cuando somos pequeños, las cosas no son procesadas en nuestra mente; mucha gente pasa por situaciones de traumas extendidos. Yo no tenía herramientas para darme cuenta”, afirmó. Además, reveló que Marley fue la primera persona en conocer su orientación sexual antes de que él mismo la compartiera con su familia.
Un Vínculo Secreto y Prolongado
El relato de Molina describe un vínculo que comenzó en 1996, cuando ambos iniciaron una conversación en línea que eventualmente llevó a un encuentro físico. Según su testimonio, este primer encuentro ocurrió en el barrio de Palermo, en Buenos Aires, cuando Molina tenía un presentimiento de que se encontraría con Marley, lo que se confirmó cuando subió al automóvil del conductor y fue llevado a su residencia.
Durante tres años, según Molina, la relación continuó de manera secreta, con encuentros que siempre ocurrían en la casa de Marley, ya que él no deseaba ser visto en público con un hombre, y menos aún con una persona diez años menor. “Era ir a su casa por una determinada cantidad de horas. Comer, tener relaciones y me llevaba a mi casa en Palermo”, detalló Molina sobre la rutina de estos encuentros.
El Fin de la Relación y el Inicio del Proceso Legal
Molina relató que la relación comenzó a deteriorarse cuando Marley expresó su deseo de tener parejas femeninas, algo que él no comprendía ni aceptaba. “Había pasado una situación particular que está descrita en la causa, y tenía dos opciones: o quedarme en un país donde lo tengo que ver todos los días en los medios, o irme y dejar todo atrás”, recordó. Finalmente, Marley facilitó su partida al financiar su viaje al extranjero.
El camino hacia la denuncia formal comenzó hace aproximadamente dos años, cuando Molina, con la ayuda de su pareja, quien también es abogado, empezó a conectar los puntos de su experiencia y decidió que debía buscar justicia.
La Respuesta de Marley y la Postura de la Defensa
En paralelo a la aparición de Molina en Intrusos, Marley presentó su versión de los hechos en el noticiero de Telefe, negando categóricamente las acusaciones y señalando que las afirmaciones de Molina eran falsas. Entre otras cosas, Marley aseguró que conoció a Molina cuando este tenía 19 años, no 17, y negó cualquier acto ilícito.
Molina, al ser consultado sobre las declaraciones de Marley, se mantuvo firme en su versión de los hechos, rechazando cualquier intento de extorsión o manipulación de la verdad. Además, manifestó que su objetivo principal no es económico, sino que busca un reconocimiento judicial de los hechos para poder avanzar en su proceso de sanación personal.
La Búsqueda de Justicia
El abogado de Molina, Martín Apolo, subrayó que en casos de este tipo, la palabra de la víctima tiene un peso significativo y que ya se han solicitado pericias psicológicas y psiquiátricas para evaluar el daño sufrido por su cliente. También señaló que la causa ha sido caratulada como «Juicio por la Verdad», lo que indica que no se busca una compensación económica, sino un reconocimiento público de la verdad.
Molina expresó su deseo de que la justicia actúe de manera imparcial y que, independientemente del resultado, su intención principal es que otras personas entiendan que este tipo de situaciones pueden ocurrir y que, aunque tarde, es posible buscar justicia.
Reflexión Final
Adrián Alfredo Molina concluyó su entrevista reiterando que su denuncia no es una vendetta personal, sino un acto necesario para su proceso de sanación. “Mi proceso de sanación como ser humano, en este momento, implica llamar a las cosas como fueron. Lamentablemente o no, en este caso, involucra a una persona de esta índole. Esta no es una vendetta, esta es mi verdad, me pasó a mí”, finalizó.
La historia de Molina pone en relieve los desafíos a los que se enfrentan las víctimas de abuso sexual, especialmente cuando el presunto agresor es una figura pública de gran renombre. A medida que el caso avanza, quedará en manos de la justicia determinar la veracidad de los hechos y ofrecer una resolución que, para Molina, significa un paso crucial en su camino hacia la sanación personal.