Nacieron, vivieron y se criaron en la localidad del norte de la provincia de Buenos Aires. Su infancia y adolescencia la pasaron navegando por los canales e islas que heredaron de sus familias. Hoy tienen un proyecto que les va a cambiar la vida a todos los habitantes de Tigre.

En los últimos años, el municipio de Tigre es una de las ciudades que más creció en todo el país. Tiene alrededor de 400 mil habitantes y todos los fines de semana, por la gran cantidad de ofertas, los turistas la eligen para pasar el sábado y el domingo. El Puerto de Frutos, la gastronomía sofisticada, el Parque de la Costa, el Teatro Nini Marshall, el Casino; son algunos de los atractivos que lo distinguen como “un lugar de excelencia”.
Además de su extensa superficie de 148 kilómetros cuadrados en el continente, también posee 221 kilómetros de islas que se conocen como el Delta del Tigre. Este lugar cuenta con más de 350 ríos y arroyos que forman un papel muy importante en la vida, en la historia y en la cultura lugareña. Gracias a la gran extensión del Río Paraná,la Argentina tiene el quinto delta más grande de todo el planeta y el tercero más habitado de Sudamérica: el Delta del Paraná, que abarca unos 14.000 kilómetros cuadrados.

Una de las costumbres que más se destacan entre sus habitantes es la práctica de deportes en el agua. Se pueden encontrar numerosos clubes de remo en los que entrenan diferentes deportistas de proyección internacional. Y en la combinación de estos dos estilos de vida, nace este emprendimiento que promete, según propias palabras de sus hacedores: “cambiar y mejorar la calidad de vida a muchos vecinos”.
CREADORES DE UN PROYECTO SIN PRESEDENTES
Gladys Noemí Gómez nació hace 65 años en el partido de Tigre y gran parte de su vida se la pasó saltando y chapoteando entre el agua y las islas. “A los once años hacía esquí acuático porque papá era dueño de ocho mil hectáreas de islas. Y si este proyecto llega a concretarse… ¡hasta me animo a dar clases!”, confiesa entre risas la mujer que durante tres décadas trabajó como técnica en farmacia.

Por su parte, Guillermo Espain (68) es agrónomo, técnico en energía solar, perito avicultor y sociólogo. Desde temprana edad se destacó en varios deportes pero se profesionalizó en el lanzamiento de jabalina. Y como entiende eso de “pelearla como deportista amateur”, quiere cumplir un viejo sueño: “crear un Centro de Alto Rendimiento del Deporte pero en el Tigre, algo que hoy no existe”. ¿Cómo sería? Lo explican así.

-¿Cómo y cuándo nació esta idea?
Gladys: -Los que vivimos en Tigre entendemos que ahora más que nunca, por la gran cantidad de chicos, tenemos que pensar en hacer esta obra que va a marcar un antes y un después en la vida de muchas personas. Un lugar que contenga todo: un estadio, lugares de entrenamiento, piletas para verano e invierno y también un hotel.
Guillermo: -Son muchos los jugadores y ex jugadores que hoy se mudaron a esta zona y nos plantean esa necesidad. Me vinieron a ver importantes profesionales del Futbol preparadores que insisten en construir la primera Universidad del Deporte.
-¿Qué lugar se pensó para llevar adelante esta propuesta?
Gladys: –El lugar es hermoso y se encuentra en Rincón de Milberg. Ahí funcionaba hasta hace unos años el recreo del Sindicato de Empleados y Obreros Vitivinícolas y Afines (SOEVA). Pero está abandonado y es un desperdicio. Uno de los límites naturales de este predio es el rio Luján: ¿se imaginan las cosas qué se podrían hacer ahí?
Guillermo:-Te dijo más, frente a este espacio, en la entrada que se encuentra en Dellepiane y Ruta 27, existe un proyecto para hacer un barrio privado. Pero hace más de 30 años que está abandonado. Por lo que pude averiguar, esas tierras están “flojas de papeles”.
-Una de las peleas históricas que tiene Tigre es el abandono que sufren los isleños. ¿Creen qué esto también le serviría a la gente de esa zona?
Gladys: –Sin dudas, para el Municipio de Tigre también sería una gran manera de dejar contentos a los vecinos del Carapachay, de Caraguatá, de arroyo Guairacá, entre otros. Los niños que viven en el barrio Parque Alegre van a la Escuela número 10 que se encuentra sobre el Río Luján. Podríamos hacer distintos convenios con los establecimientos para que los chicos puedan entrenar, ir a la colonia de verano, o que los alumnos practiquen natación en estas instalaciones.
Guillermo: –Yo en un momento fui director de un proyecto para adaptar el deporte en la sociedad. La ventaja que tenemos acá es que no existe ninguna plantación que requiera Glifosato. Eso significa que existe mucho potencial para cualquier micro-emprendimiento que se quiera hacer.
-¿Pudieron hablar con las autoridades del Municipio para contarles esta idea?
Guillermo: -Hablamos con Julio Zamora, el actual intendente de Tigre, pero hasta ahora no tuvimos respuesta. Le gustó el proyecto pero “no nos aseguró nada con respeto a las tierras”.
Gladys: -Yo estoy intentando comunicarme con Malena Galmarini. La esposa de Sergio Massa hizo un gran trabajo cuando estuvo al frente de las políticas sanitarias en el municipio y estoy convencida que cuando le contemos el proyecto se va a deslumbrar y nos va a apoyar en todo.
-La Universidad del Deporte: ¿qué contemplaría?
Guillermo: -Muchas cosas que hoy no se estudian en el país. En Argentina no tenemos datos reales de que comida sirve para crear deportistas de alto rendimiento. Todos esos resultados los tomamos con estadísticas que se hacen en el exterior.
Gladys: -En el año 2.000, la Unesco declaró a la segunda y tercera sección de islas del Delta como zona de Reserva de Biósfera: ¡imagínese las cosas que podríamos lograr! El proyecto, en su etapa inicial tiene un plazo de 180 días y contemplaría además de la Universidad, un emprendimiento recreativo turístico, deportivo de alto rendimiento y artístico.

-¿Quiénes serían los inversores que pondrían la plata para tamaño desarrollarlo?
Guillermo: -Todos privados que ya nos aseguraron: “Si está la decisión política, nosotros vamos a participar”. Muchos de ellos son empresarios árabes, y otros un grupo de ex jugadores profesionales de fútbol que quieren abrir sus propias escuelitas.
-¿Se hicieron estudios de zonificación, de impacto ambiental, y de todo lo que implicaría construir un estadio en ese lugar?
Guillermo: -Estamos trabajando en eso con arquitectos e ingenieros. En unas semanas tendremos listo el proyecto definitivo. Lo bueno es que a cada problema que se nos fue presentando, pudimos encontrarle una solución.
-¿Por ejemplo?
Guillermo: -Uno de los inconvenientes que tenía una obra tan importante, era el tema de la salida de la gente. Hoy sólo tenés una arteria que es la calle Dellepiane. Ya hablamos con los dueños del barrio cerrado Santa María, y prometieron que si se hace esta obra, están dispuestos a abrir calles para entrar y para salir del lugar.
-¿En un momento tan complejo del país y del mundo: sienten que van a lograrlo?
Gladys: -No tengo dudas. Porque hoy lo único que necesitamos es la decisión política para hacerlo. Para el resto de las cosas, el equipo que forma parte de este proyecto, va a trabajar sin parar para conseguir todo lo que haga falta.
Guillermo: -Estamos convencidos que lo vamos a lograr. Porque es una obra hermosa, un sueño para nosotros y para cientos de personas. Cuando los anhelos son tan grandes, el universo conspira para que eso suceda.