Smart Gallery presenta » Piedra, papel y tijera»

Smart Gallery presenta » Piedra, papel y tijera»

Como si de un juego se tratase, Smart Gallery presenta obras de grandes artistas unidos por un único
soporte: el papel.


Colores vibrantes, paletas mate, rojos, verdes y azules dan rienda suelta a otra infinita gama de ocres, lima
y oro.

Valeria Maculán, Juan Astica, Santiago Quesnel, Natalia Cacchiarelli, Hernán Paganini y Verónica Romano
exponen sus obras inéditas desde el 24 de Junio hasta el 31 de Agosto.
Cada artista con su estilo exhiben miradas disimiles sobre el mismo material; que van desde los calados y
collages a paisajes en óleo, ejercicios cromáticos, geometría óptica hasta líneas curvas que forman figuras
impensadas.


Se puede visitar desde el 25 de Junio hasta el 31 de Agosto con cita previa en www.smartgalleryba.com,
siguiendo los protocolos covid en Av Alvear 1580 PB.


Texto de sala:
Un camino
Caminar por una sala de exposición es como andar un camino: es intuitivo, casi de ritual y se encara hacia
adelante. Las obras se leen a ritmo de renglón y escriben a cada quien una oración distinta de discurrir
inagotable. Como un juego que uno mismo se inventa, en lapsos, para buscar significados. Tarea fácil, tal
vez, pero cargada de apuestas. 
En las obras de arte también hay caminos. Puede ser el de fabricación de sus materiales hasta la aventura
de miradas que se comparte con el espectador. Entre todas esas travesías posibles, la que busca un sentido
es quizás la más ardua, sinuosa y difícil de emprender.
Sin embargo, su razón de ser puede, muchas veces, descubrirse apenas entregándose uno a sus efectos
inmediatos: el tropiezo en una anécdota, la invención involuntaria de una secuencia o el pinchazo
repentino de una angustia o un placer.  
‘Un camino’ es el título de esta exposición porque describe sin más lo que es: un camino en entre tantos
otros posibles. Abandona la intención de señalar sentidos y sirve con esa renuncia a la potencia de su
mensaje. Es importante recordar que el arte trabaja también con lo ingobernable ¿Acaso no es el simple
«porque sí» la mejor señal para aventurarse?

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