Trump presionó sin suerte a un funcionario para que le «busque» 11.780 votos para ganar Georgia

El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo una extensa comunicación telefónica con el secretario de Estado del estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que lo presionó para que «busque» los votos suficientes para dar vuelta el resultado de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, en las que Trump fue derrotado por el candidato demócrata, Joe Biden, publicó hoy la prensa.

El influyente periódico The Washington Post informó de esta conversación, que se extendió por más de una hora, y publicó en su portal un extracto de 4,32 minutos en los que se escucha que le dice al funcionario de Georgia, también republicano, que «sólo quiero encontrar 11.780 votos».

Durante la extensa conversación, por momentos un monólogo de Trump, el todavía presidente presiona al secretario de estado de Georgia para que vuelva a calcular el voto a su favor.

Primero Trump elogió a Raffensperger, como una introducción a pedirle que actúe para revertir el resultado. Pero ante la negativa del funcionario lo amenazó con llevarlo ante la Justicia y presentar cargos criminales en su contra, al mismo tiempo que le avisó de que estaba corriendo un «gran riesgo» al no aceptar sus peticiones.

«La gente de Georgia está enfadada, la gente del país está enfadada (…) Y no hay nada malo en decir, ¿sabes? Creo que te han fallado los cálculos», se oye decir a Trump en una de las grabaciones de The Washington Post.

Ante ello, Raffensperger respondió: «Bueno, señor presidente, el desafío que usted tiene es que sus datos están mal».

El propio Trump ha publicado hoy en su cuenta personal en Twitter que habló con Raffensperger el sábado y trató cuestiones como el resultado en el condado de Fulton o «el fraude en la votación en Georgia».

«Ayer hablé con el secretario de estado Brad Raffensperger sobre el condado de Fulton y el fraude electoral en Georgia. No quiso, o no pudo, responder preguntas como la estafa de ‘papeletas debajo de la mesa’, destrucción de papeletas, ‘votantes’ de otros estados, votantes muertos y más. ¡No tiene ni idea!», escribió el mandatario saliente.

Raffensperger respondió también mediante Twitter: «Con todo el respeto, presidente Trump: lo que está usted diciendo no es cierto. La verdad saldrá a la luz».

Desde la oficina de Raffensperger recordaron que la investigación de las elecciones no ha deparado ningún caso de votantes no registrados, aunque sí hay «un puñado» de presuntos casos de votos en nombre de personas difuntas.

En cuanto a los llamados «votos bajo la mesa» se refieren a los maletines electorales que se utilizan para transportar los votos y que se guardan bajo las mesas durante el proceso de votación, por lo que las autoridades electorales descartaron que se trate de un fraude.

«Creemos que nuestros números son correctos», le dijo Raffensperger a Trump en los tramos en los que el mandatario republicano le dejaba un resquicio para responder a sus reclamos de buscar la forma de hallar los votos que confirmen su victoria en Georgia.

Biden ganó el sureño estado de Georgia por 11.779 votos y se quedó con los 16 electores georgianos en el Colegio Electoral, el órgano encargado de elegir al presidente de EE.UU. Por esta razón es que Trump le reclamó a Raffensperger conseguir 11.780 votos, uno más.

En diciembre, las autoridades de Georgia certificaron la victoria de Biden, que fue el primer demócrata en ganar en ese estado desde que en 1992 lo hiciera Bill Clinton (1993-2001); y, durante semanas, han tenido que soportar las presiones del mandatario, que no reconoce su derrota al alegar sin pruebas que hubo fraude.

Trump presentó decenas de demandas fallidas para cuestionar sin pruebas el resultado en varios estados clave donde ganó Biden, y también ha presionado a funcionarios estatales, incluidos los de Georgia, para que manipularan lo votado por los estadounidenses.

La victoria de Biden se hizo definitivamente oficial el pasado 14 de diciembre, cuando la confirmó el Colegio Electoral de EE.UU.

Pero además Georgia sigue teniendo una importancia central en el futuro inmediato de la política estadounidense, ya que el próximo martes, 5 de enero, se realizarán dos balotajes en ese estado que definirán si los republicanos retienen la mayoría en el Senado, o si pasa a manos demócratas.

Los demócratas pusieron a funcionar de nuevo toda su maquinaria electoral a favor de los candidatos demócratas -Jon Ossoff, un productor audiovisual de 33 años y Raphael Warnock, un pastor negro de 51 años- porque si ambos ganan, el Senado quedaría 50 a 50 y el voto del desempate sería el de la vicepresidenta electa y futura titular de la cámara, Kamala Harris.

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