Queens, el epicentro del COVID-19 en Nueva York ‘Está viviendo una verdadera tragedia’ en una ciudad devastada

Queens, el epicentro del COVID-19 en Nueva York ‘Está viviendo una verdadera tragedia’ en una ciudad devastada
Pocos lugares de la devastada Nueva York han sufrido tanto como el centro de Queens, donde en una franja de 18 kilómetros cuadrados, densamente poblados por inmigrantes, se registraron más de 7000 casos en las primeras semanas del brote.

En toda Nueva York, hubo una señal relativamente alentadora el jueves: las hospitalizaciones se mantuvieron casi estables por primera vez desde que comenzó la cuarentena. De todas maneras, los funcionarios advirtieron que era demasiado pronto para decir si la tendencia se iba a mantener así.

Según las cifras publicadas el 9 de abril, las muertes han seguido aumentando y el estado alcanzó un nuevo máximo de 799 decesos en un día.

En el mes que ha pasado desde que el virus irrumpió en Nueva York, ha arrasado con ricos y pobres, con gente famosa y personas anónimas. Pero conforme ha aumentado el número de víctimas, el contagio ha expuesto las persistentes desigualdades de la ciudad y ha azotado los barrios de obreros inmigrantes mucho más rápido que otros.

Un grupo de barrios contiguos —Corona, Elmhurst, East Elmhurst y Jackson Heights— se ha convertido en el epicentro del violento brote en Nueva York.

Hasta el miércoles, esas comunidades, con una población combinada de unas 600.000 personas, habían registrado más de 7260 casos de la COVID-19, de acuerdo con los datos recabados por el Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York. Manhattan, con casi el triple de habitantes, tenía alrededor de 10.860 casos.

Los funcionarios de salud no han publicado datos acerca de la raza o la etnicidad de los enfermos, y los funcionarios del Departamento de Planificación Urbana no han querido sacar conclusiones generales a partir de los códigos postales, que es la manera en la que la ciudad ha publicado información limitada acerca de los casos positivos.

Sin embargo, los trabajadores de la salud y los líderes comunitarios afirman que es indiscutible que la pandemia ha afectado de manera desproporcionada a los trabajadores latinos, a los empleados de restaurantes y a las personas de limpieza que conforman la mayor parte de la población de un área a la que a menudo se le ha considerado uno de los lugares con mayor diversidad del planeta. Los latinos representan el 34 por ciento de los fallecidos en la ciudad de Nueva York —el porcentaje más alto de cualquier grupo racial o étnico—, de acuerdo con datos publicados por los funcionarios estatales el 8 de abril.

Estos barrios también tienen comunidades muy grandes de indios, bangladesíes, chinos filipinos y nepaleses, y muchos otros grupos étnicos a los que ha devastado la pandemia.

Elmhurst Hospital Center

El Hospital Elmhurst, administrado por la ciudad, fue uno de los primeros en recibir el impacto del virus. Decenas de pacientes con la COVID-19 han atestado los pasillos mientras esperan camas, aterrados, solos y a menudo sin poder comunicarse en inglés.

La Alianza de Taxistas de Nueva York señaló que habían muerto veintiocho conductores —la gran mayoría de los cuales eran inmigrantes que vivían en Queens— y Make the Road New York, una organización de defensoría para los obreros latinos del área, informó que habían muerto ocho de sus miembros en Queens. “Se está viviendo una tragedia”, dijo el codirector, Javier H. Valdés.

La crisis ha transformado el vecindario. Todo está cerrado en la avenida Roosevelt, la principal arteria comercial en la que por lo general hay una actividad incesante de taquerías, puestos de arepas, salones de depilación con hilo y tiendas que venden periódicos en decenas de idiomas. El estremecedor silencio se rompe de manera intermitente con las sirenas y el repiqueteo de los trenes que pasan por las vías elevadas.

vendedores

Unos cuantos vendedores ambulantes han regresado, pero ahora venden cubrebocas y se visten con trajes protectores de Tyvek. Como están cerradas las iglesias y las mezquitas, las familias solo pueden experimentar su duelo en casa.

Tal vez la desbordante densidad que caracteriza a esta parte de Queens también haya sido su ruina. Los médicos y los líderes comunitarios afirman que la pobreza, el notorio hacinamiento en las casas y la falta de atención del gobierno hicieron que los residentes fueran especialmente vulnerables al virus.

Muchos residentes tenían problemas de salud mucho antes de que llegara el coronavirus. Dave Chokshi, director de salud poblacional de la Corporación de Salud y Hospitales de la Ciudad de Nueva York, señaló que en el centro de Queens, los índices de diabetes, hipertensión y otras enfermedades crónicas eran mucho más altos que el promedio en el resto de la ciudad.

Para agravar la crisis, muchos residentes no tienen seguro médico y dependen de los hospitales públicos incluso para los procedimientos de rutina, mencionó Diana Ramírez Barón, médica en Grameen VidaSana, una clínica de Jackson Heights para mujeres sin documentos.

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