5 tips para mamás emprendedoras

Ser mamá y trabajar fuera de casa, suele ser cansador. Horas perdidas entre el viaje de ida y vuelta, el estrés generado por cada proyecto y la necesidad de cumplir un horario, sumado a los quehaceres hogareños pueden convertir el día en un verdadero caos. Pero todo tiene solución, más en los tiempos que corren en donde gracias a los avances tecnológicos podemos trasladar la oficina a casa, casi sin esfuerzo. 

5 tips para mamás emprendedoras

Trabajar en casa significa la posibilidad de no perderse esos momentos especiales que compartís con tus hijos, desde prepararles el desayuno, darles un baño, leerles un cuento, jugar un rato, hasta participar en actos del colegio, actividades extra curriculares y reuniones de padres. Y lo mejor es que, en época de vacaciones escolares, se puede continuar trabajando desde cualquier parte, mientras que los chicos aprovechan al máximo el aire libre, pileta o la playa.

De todas maneras, iniciarse en el freelance siendo mamá puede ser una tarea al principio un poco difícil. En la actualidad es cada vez más común, la tendencia de ser una madre pulpo que pretende hacer todo al mismo tiempo. Por eso, es importante aprender a generar rutina que sea lo suficientemente flexible como para poder aprovechar la posibilidad de ser independiente, sin estresarse.

Para evitar sentirse desbordada y con la sensación de que no lográs conciliar los dos ámbitos, basta con tener en cuenta algunas pautas para organizarte mejor y aprender a sacar lo mejor de la situación.

Consejos para mamás freelance

1. Organizar tu agenda: Establecé horarios fijos para trabajar y para llevar a cabo las actividades hogareñas. Así te resultará más sencillo encontrar un equilibrio entre tu vida familiar y profesional, y organizarte mejor. Tratá de encontrar esos “espacios” en los que estés más libre para así volcarte a tu trabajo: aprovechá la siesta de los chicos, las actividades extra-escolares, el que se vayan a dormir temprano, o cualquier otro momento en que estés más tranquila.

2. Delimitar el área de trabajo: Es ideal si podés tener una “oficina” destinada para hacer tu trabajo. Si no es posible, buscá un lugar de la casa que funcione como tal. Es importante que lo reconozcas como tu espacio laboral, que puedas comunicarlo a tu familia, y que lo respeten entre todos.

3. Aprender a decir “no”: Es sano que puedas decir “no” tanto a un cliente, cuando sabés que tenés un evento familiar que no querés resignar, como a tus hijos, cuando tengas que entregar un proyecto con el que te comprometiste y que no puede ser postergado.

4. Hacer foco y concentrarse: Aprovechá al máximo las horas que estés trabajando, para que te rindan y logres ser productiva, pero también disfruta al 100% los momentos que compartas con tu familia.

5. Admitir que no se puede con todo: Como todo ser humano, tenés tus propios límites. Es importante asumir que es imposible que te hagas cargo de absolutamente todo y que empieces a confiar en la gente que está dispuesta a ayudarte. Bajá tu propia auto-exigencia y no te presiones. Si es necesario, pedí ayuda a un familiar o contratá una niñera para que cuide de los pequeños en ciertos horarios.

¡Descansar! Tu cuerpo y tu mente también necesitarán un respiro. Aprendé a descansar mejor y a organizar tu rutina.

 

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